Moto Café Luxury / Dario Castellino
En una renovada zona de la ciudad de Villa Carlos Paz, a pocos metros de la zona céntrica y sobre una de las principales arterias de la ciudad, se llevó a cabo el desafío de proyectar una concesionaria de motos vinculada a la gastronomía, transformándose en un gran showroom de 300 m2.
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El reto no solo consistió en la articulación de éstas actividades, sino que el espacio debía transformarse en un punto de referencia provincial y nacional como lugar de encuentro tanto para los motociclistas como para el sector de la sociedad que vive en las inmediaciones y cercanía de la zona.
Teniendo en cuenta estos factores y considerando que la avenida sobre la que se implanto el complejo comercial es de circulación rápida, se tomaron ciertas premisas como punto de partida.
Considerábamos como fundamental que el propio local debía ser la vidriera, por lo tanto, despojar lo superfluo sobre la fachada era primordial, que las mixturas de usos debían complementarse prácticamente a la perfección y no que uno se superponga sobre la otra, que todo el espacio sea lo más vivencial posible otorgándole al usuario la posibilidad de experimentar a través del recorrido la diversidad de los ambientes creados y que el protagonismo en cierta medida lo debían tener las motos.
La resolución del programa mantenía algunos sectores duros e inamovibles como un sector para una oficina privada, un pequeño sector de servicio para motocicletas, baños y una cocina que abastezca aproximadamente 70 comensales.
En toda la superficie dos cintas en blanco y negro ondulantes haciendo alusión a las carreteras, y a distintos niveles se desprenden de la cubierta de la doble altura del local para generar un mayor dinamismo, vinculación y para que visualmente se pueda percibir el local un poco más acogedor.
El posicionamiento y la fisicidad del fondo de barra y de la barra principal generan visualmente un recorrido hacia el posterior, materializados en láminas de piedra translúcida crean un fondo de local luminoso que se incrementa visualmente a medida que sol comienza a ponerse y en el cual la fachada comienza a “cobrar vida”.
El cuidado proyecto de iluminación, casi como un juego lúdico de formas y disposiciones enmarcan aún más el espacio general creando un ambiente “distintivo y algo especial”.
