La Casa de la Playa / Laura Ortín Arquitectura

La propuesta plantea un nuevo código, una suerte de desobediencia estética y funcional que en este contexto específico se posiciona con una visión provocativa de ruptura necesaria.

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Ficha técnica

Arquitecta: Laura Ortín Arquitectura
Proyecto: Vivienda nueva en planta primera.
Situación: La Torre de la Horadada, Alicante, España
Superficie: 90m2
Año proyecto:   2017
Fotografía:  David Frutos

Vivienda nueva en planta primera.
Situada en la costa mediterránea, la vivienda surge por una necesidad familiar de ampliar la residencia vacacional.
Nos encontramos en un pueblo con playa otrora residencia de pescadores que con la llegada de veraneantes se ha convertido en lugar turístico para pasar las vacaciones.

El proyecto ocupa la cubierta plana de la vivienda de abajo. Esta se encuentra en una secuencia de manzanas en hilera que en el pasado fueron iguales, conformando una urbanización sencilla de “casas de playa”. Hoy ha ocurrido lo mismo que con las casas de pescadores. Ya no queda rastro de lo que fueron.
El planeamiento de la zona no plantea otros recursos arquitectónicos más allá de los límites urbanísticos de altura, ocupación y lindes. Por ello los vecinos han ido construyendo en las cubiertas de sus casas de una manera espontánea y propia. En general han seguido la estética de la planta baja, que en la mayoría de los casos previamente fue modificada por lo que el resultado es de un eclecticismo sin control y sin retorno.

Se propone una arquitectura volátil. Que se integre en el paisaje celeste, que se funda con el cielo. Una ampliación sencilla, práctica y directa, para que su ejecución sea ágil y su interpretación inmediata. Unos acabados elementales para que los costos sean reducidos. En definitiva, una arquitectura que se define con nuestro tiempo y con nuestros recursos.

El volumen ligero se gira de la alineación (y alienación) para mirar a la torre vigía símbolo del pueblo y cuya orientación es la idónea en esta costa levantina. Se realiza con estructura metálica que apoya en los muros de carga de la vivienda de abajo y se utiliza el sistema SATE en fachada cuyo color está inspirado en los aerogeneradores de la energía eólica. Camuflaje celeste y ligereza.

En pocos metros se consigue una vivienda completa amplia y cómoda. Cuenta con un gran volumen interior en vertical que amplia las vistas hacia el altillo y modula térmicamente. Las estancias fluyen hacia el exterior gracias a dos amplias terrazas de uso constante. Se recuperan ciertos materiales en desuso como el terrazo para suelos, diseñado por el estudio; y la madera del techo, tableros fenólicos de embalaje de objetos de los containers marítimos. Materiales que resultan atractivos y únicos para este espacio.

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